Estética y practicidad para una calefacción realmente eficiente
La chimenea abierta ha sido, durante siglos, la única posibilidad de calefacción doméstica. Aunque es una solución conveniente, especialmente para quienes viven cerca de un bosque y pueden conseguir leña gratis, la chimenea tradicional con hogar abierto tiene rendimientos muy bajos y debe considerarse más como un objeto decorativo que como una herramienta para calentar una habitación.
Hoy en día, la tecnología ha avanzado enormemente y cada vez más personas han optado por transformar la antigua chimenea en una chimenea térmica, capaz de garantizar el máximo confort en toda la casa.
Aquí tienes 2 buenas razones por las que tú también deberías hacerlo.
1. La chimenea abierta es poco eficiente
En cuanto al rendimiento térmico, la chimenea con hogar abierto es poco eficiente. La mayor parte del calor producido por la combustión de la leña se escapa por el conducto de humo, y el poco calor que se difunde en el ambiente es desigual y se limita a los espacios cercanos a la chimenea. Con una chimenea tradicional, por tanto, solo puedes calentar la habitación donde se encuentra el hogar o, con mayor probabilidad, una parte de ella.
Las chimeneas abiertas tienen un rendimiento muy bajo, en torno al 15-30 %, debido a la dispersión del calor por el conducto de humo. Valores muy inferiores a los de las chimeneas con hogar cerrado, que tienen un rendimiento del 80-90 % y pueden incluso canalizarse para calentar habitaciones situadas en diferentes plantas.
2. Una chimenea con hogar abierto debe estar siempre bajo control
La boca del hogar abierto, típica de las chimeneas de llama libre, permite admirar el crepitar de la leña al quemarse. La falta de un cristal o de cualquier otra forma de protección no es una ventaja, ¡al contrario, es un riesgo! Durante la combustión es posible que pequeñas partículas de ceniza incandescente salgan del hogar y caigan al suelo o sobre los muebles. Por eso es imprescindible vigilar constantemente el fuego cuando la chimenea está encendida, para evitar desagradables accidentes domésticos.
Instalando una chimenea térmica o un inserto no tienes este problema. En este caso, el brasero está protegido por un cristal templado que cierra completamente el hogar, impidiendo la salida de cenizas y polvos. Una chimenea térmica es segura, algo que se debe tener muy en cuenta especialmente si tienes o planeas tener niños en casa.